Habìa una vez un pollito blanco, tan blanco, que su dueña le puso por nombre: Nieve. Correteaba por el patio, buscando gusanitos, rascaba el piso con sus patitas, o con su pico para saborear su comidita. Alicia, que asì se llamaba su dueña, tambien le daba concentrado y tortillas para comer.
Alicia cuidaba mucho a Nieve, y le decia que no se fuera lejos, porque hay un animal graaaannnnde que a veces viene volando para comerse a los pollitos. Nieve un dia viò al gavilàn y tuvo muuuucho miedo y aprendiò a corretear y a comer de todo lo que tenia en su patio. Y Colorìn Colorado... Este cuento se ha terminado!!!!!
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